MARIACHIS

Ellos son los encargados de llevar la identidad de México por todo el mundo, la mezcla inconfundible de vihuela, guitarra, guitarrón, violines y trompeta, son apenas el comienzo de un folclor único. El esquema se completa cuando una voz bravía y festiva comienza a entonar: “De la sierra morena, cielito lindo, vienen bajando un par de ojitos negros, cielito lindo, de contrabando”.

El mariachi, declarado en 2012 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es el símbolo con el que miles de mexicanos identificados en el mundo y es que su inconfundible parafernalia son sólo una probadita de la riqueza cultural que existe en el país.De acuerdo con diversos historiadores, los mariachis comenzaron como un conjunto musical nacido en el cerro, en las haciendas y barriadas de Cocula, Jalisco, prohijado por frailes, charros y caporales.

El académico del Conservatorio Nacional de Música y profesor de la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli, Aarón Jiménez Hernández, relató que los mariachis se convirtieron en el ícono mundial de México a partir de la época de Oro de las películas, ya que se les dio una gran difusión y proyección.“La cinematografía de México en el mundo fue muy fuerte, eran grandes películas, grandes guiones y producciones, además había mucho apoyo del gobierno culturalmente para el cine”, señala. No obstante, pese a que gracias al cine se tuvo la oportunidad de presumir al mundo diversos folclores mexicanos, principalmente de Veracruz y algunos sones huastecos, por alguna razón fue más llamativo el coculense, por su alegría y ritmo.“El humano en general, está muy atraído por el ritmo, mientras el ritmo sea más pegajoso o más vivido y alegre, te atrae más. Empezando por ahí, el ritmo y las letras festivas empleadas en Cocula fueron una de las claves”, refiere Jiménez.

Tal es la influencia que ha tenido el mariachi en el público internacional, que países como Venezuela, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Viena, Japón y Francia, por mencionar algunos, tienen su propio mariachi, conformado por sus propios ciudadanos.

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